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La falta de liderazgos complica las reformas (12/09/2015)
La falta de liderazgos complica las reformas

Economistas y empresarios coincidieron en que los cambios que exige la economía necesitan de un fuerte liderazgo que no surge con nitidez de los actuales candidatos. El debate se centró en el shock o el gradualismo de las medidas que deberá aplicar el próximo gobierno.

El episodio tuvo unos pocos testigos, pero ocurrió y terminó por marcar el debate que ayer encontró lugar en el escenario del 38º aniversario de la Fundación Mediterránea.

Arriazu había terminado su conferencia cuando Andrés Chambouleyron se acercó y le dijo: “Ricardo, quiero anticiparte que cuando hable voy a decir que no estoy de acuerdo con lo del shock , si querés lo discutimos en el almuerzo”.

De un lado, estaba uno de los economistas más respetados por el mundo empresario y por sus propios colegas. Del otro, tal vez el mayor especialista que tenga el país en materia de regulación de servicios públicos. Se conocen desde hace años.

¿Gradualismo en las deci­siones para arreglar el desaguisado de la macroeconomía, en particular con respecto al valor del dólar y las tarifas, o políticas de shock ?

Llevar de un golpe el dólar oficial a 16 pesos o colocar rápidamente las tarifas de luz y gas en el nivel que deberían estar, requieren dos cosas, advirtió Arriazu. Por un lado, una demanda social que convalide esas decisiones y, por otro, un líder político que las impulse.

Tanto Daniel Scioli (FPV) como Mauricio Macri (PRO), “le tienen miedo al shock porque temen a las consecuencias”, explicó Arriazu.

Ese criterio, sobre el escaso liderazgo por parte de los candidatos, fue masivamente asentido desde las mesas del salón ocupadas por unos 500 participantes, en su mayoría empresarios y ejecutivos de Pyme, y reiterado a la hora del café, en el lobby del Sheraton Hotel.

Incluso el analista político Jorge Giacobbe refrendó que ni Macri ni Scioli cuentan con el consenso suficiente que permita avanzar en reformas rápidas de tamaña profundidad, como un recorte significativo del gasto público.

La alternativa al shock es el gradualismo. Pero nuevamente Arriazu advirtió que el “gradualismo exitoso” también demanda de “un estadista” al que la gente le crea y los inversores apoyen con fondos concretos hasta la aparición de los primeros resultados.

En consecuencia, el economista propuso “un gradualismo con shock sectorial”. Y lo explicó: “En determinados sectores se puede aplicar un shock que genere ingresos y actividad para que la gente esté dispuesta a aguantar”, dijo. Uno de ellos es el campo.

Otra área proclive para el shock son las tarifas, dijo. “Se pueden aumentar, sin que existe un gran golpe”, en particular en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, porque en otros lugares ya se produjo. “Es un ajuste doloroso, pero inevitable”, apuntó Arriazu.

Y allí saltó la discrepancia con Chambouleyron, polémica a la que luego se subieron los asesores económicos de los presidenciables (ver información en esta página).

El especialista en servicios públicos, surgido de la propia Mediterránea, explicó que el verdadero dilema es “reglas versus discrecionalidad”. “El objetivo no debe ser eliminar los subsidios, sólo ir reduciéndolos progresivamente”.

“El shock es inviable por la magnitud del costo económico”, expresó. Sólo para que Buenos Aires vuelva a tener “la misma calidad del servicio eléctrico de hace una década”, se necesitan cuatro mil millones de self-balancing unicycle for sale pesos de inversión, enumeró.

Lo peor es que con el déficit del sector energético, “no va a haber financiamiento privado para la inversión en este campo y las obras sólo podrán realizarse con cargos extratarifarios y presupuesto estatal”, recalcó.

Fuente: La Voz