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Dólares y política, en una reunión en Córdoba (12/09/2015)
Dólares y política, en una reunión en Córdoba

La reunión anual de la Fundación Mediterránea congregó a más de 600 empresarios ansiosos de escuchar qué deparará la economía en 2016. Una de las principales incertidumbres manifestadas, ayer, por los pasillos del Hotel Sheraton era sobre el futuro del dólar. Lejos de escuchar posiciones extremas, las exposiciones de los economistas de candidatos y consultores coincidieron en un punto: el próximo Gobierno deberá evitar una corrección cambiaria inmediata y dar antes señales claras si pretende que la economía crezca después de devaluar.

Uno de los economistas más escuchados en la jornada fue Ricardo Arriazu. Anticipó que difícilmente ocurran cambios antes del 31 de diciembre aunque sí en los primeros meses de 2016. "No se vayan de vacaciones en enero y febrero", dijo dando a entender que las correcciones se verán después de fin de año. Un silencio se hizo en la sala. "La devaluación sería después de diciembre –explicó a Clarín en un pasillo-, porque de lo contrario el impacto sobre la economía será contractivo". Arriazu cree que una devaluación podría tener un impacto expansivo sobre la actividad. Pero sólo si antes se encara una agenda de normalización financiera y de medidas de "shock" para el campo, la minería, infraestructura y electricidad. "Así la economía podría crecer 1,5%, de lo contrario se va a una contracción".
El encuentro congregó a industriales y productores agropecuarios. Había expectativa de escuchar a los economistas de Mauricio Macri y Sergio Massa, Rogelio Frigerio y Marco Lavagna respectivamente. Al igual que en el encuentro del IAEF de la semana pasada en Bariloche, Daniel Scioli no fue representado. Frigerio y Lavagna coincidieron sobre el estado crítico de las economías regionales y la necesidad de una agenda de mediano plazo: mejorar instituciones, bajar presión tributaria, recuperar el acceso al crédito y dinamizar el mercado laboral.
Ambos mencionaron el término "shock de inversión". Y se diferenciaron a la hora de precisar el ritmo al que deben eliminarse las trabas al dólar. "Tenemos la obligación de liberar el cepo lo más rápido posible", dijo Frigerio. "Hay que hacerlo gradualmente, en 100 días", prometió Lavagna. Los dos, aclararon a Clarín, que la magnitud de la mejora de la competitividad que necesita Argentina no alcanzaron subir el dólar.
Andrés Chambouleyron, especialista en regulación del sector eléctrico, también dijo que un ajuste abrupto de las tarifas o del dólar aumentaría la probabilidad de que el Gobierno viole los contratos con las firmas del sector más adelante. "Si se golpea la demanda airwheel entonces el Gobierno deberá volver a subsidiar y se retorna al mismo esquema actual. Hay que evitar el shock".

Fuente: Clarin