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Crisis en las regiones productivas (13/09/2015)
Crisis en las regiones productivas

La pérdida de competitividad externa golpea a diferentes actividades en el interior. Factores externos, como la caída de algunos mercados, la baja de precios y la devaluación en otros países, se suman al atraso cambiario, la suba de costos y las restricciones.

En  un marco de estancamiento económico general, las producciones regionales argentinas, que dependen de los mercados externos, están sufriendo con creces el atraso cambiario, las políticas de restricción comercial y la presión impositiva.

En un contexto internacional que se tornó adverso, con países que reaccionan, la Argentina no hizo nada para apuntalar estas economías del interior y sigue manteniendo medidas pensadas para épocas de bonanza.

Este fue uno de los temas que abordaron los economistas del Ieral en el 38° Aniversario de la Fundación Mediterránea, el pasado viernes, en el hotel Sheraton de Córdoba.

Para poner la problemática en perspectiva, mientras el poder de compra de toda la economía argentina creció alrededor de un 11 por ciento desde 2008, en el sector de exportaciones regionales esa variable cayó un 35 por ciento en el mismo período, según la información del Ieral.

Producciones de granos, frutas, viñedos, carnes, lácteos y hasta petróleo y metales están afectados por esta situación.

Problemas externos 
e internos

“En la disminución del poder de compra de las economías regionales hay un problema de mercados externos y de pérdida de rentabilidad interna”, manifestó Jorge Day, investigador del Ieral Cuyo.

Los principales países que redujeron sus compras son Brasil y China y, en menor medida, Rusia y Europa. Las frutas de la Región del Comahue o los lácteos y la carne, el trigo, son algunos ejemplos.

Sin embargo, Day remarca que el principal problema de las producciones del interior es la pérdida de rentabilidad. “Los productores tienen costos en dólares que van creciendo desde hace tiempo. Antes, los precios acompañaban pero desde hace un par de años están bajando”, dice.

“El atraso cambiario, que se manifiesta en la suba del costo en dólares, se visualiza más fuerte en las actividades mano de obra intensivas y, dentro de un mismo sector, le pega más a las Pyme”, advierte el investigador del Ieral Córdoba Juan Manuel Garzón.

En este escenario, los servicios, como el transporte, se encarecen. “También el atraso golpea por el lado del Estado, que es un proveedor que cobra un precio muy alto por sus servicios”, agrega.

Garzón también resalta el hecho de que los países que compiten con Argentina en los mercados externos de materias primas y alimentos están tomando medidas para morigerar la baja de los precios internacionales. “Un productor de soja de Brasil, por ejemplo, tiene el mismo precio interno que hace un año porque el país devaluó. En cambio, en Argentina, el valor es un 33 por ciento más bajo”, dice.

El dólar no lo es todo

El atraso del tipo de cambio es uno de los puntos que el nuevo gobierno debe atacar, si quiere reactivar las economías del interior.

“Los otros países están devaluando y por eso tienen costos en dólares más bajos. La situación es clara”, subraya Day. Garzón agrega que, de cuatro escenarios posibles, sólo el que plantea una devaluación superior a la inflación, más una baja de retenciones, es sostenible porque mejora el poder de compra de la soja, el principal producto de exportación.

Sin embargo, las modificaciones que requieren las producciones locales no acaban allí. “Hay cosas que se pueden mejorar, como el uso de la tecnología y la mecanización de las cosechas, la reducción de la presión impositiva, las trabas a la exportación y los acuerdos comerciales con otros países”, sostiene Day.

El economista de Córdoba hace foco en “las políticas que hay que remover” y apunta a los derechos de exportación y las restricciones a las ventas externas.

Garzón explica, por ejemplo, que el 65 por ciento de la recaudación por retenciones corresponde a la cadena de la soja. Por lo tanto, reducir a cero todo el resto de los derechos implicaría un costo fiscal de unos 25 mil millones de pesos, el 1,7 por ciento de la recaudación total.

“Para plantear una reforma de retenciones hay que mirar la cadena completa de cada producto, hay que tomar en cuenta los productos similares que pagan alícuotas diferentes (carnes, frutas), y atender a las producciones más alejadas del puerto”, remarca.

Otro aspecto que resaltan ambos economistas se refiere a los acuerdos comerciales. No solo en temas arancelarios sino, especialmente, en la negociación de cupos para los alimentos argentinos en determinados países y la especial atención a los temas sanitarios.

A mediano plazo, la inversión en infraestructura es otra cuestión por abordar en un país con tanta distancia a los puertos y a los mercados.

Incentivos para la exportación de las Pyme

Con problemas. En una economía con problemas de competitividad, las pequeñas y medianas empresas son las más afectadas. En el sector de alimentos y bebidas, el 21% de las exportaciones son de este segmento. Marcos Cohen Arazi, economista del Ieral Pyme propone una serie de medidas para incentivar las ventas Pyme al exterior. 

Políticas macro. Al igual que el resto de la economía, para exportar el sector requiere tipo de cambio real alto y estable (inflación baja), menor presión tributaria, más infraestructura (energía, transporte) y financiamiento.

Políticas específicas de apoyo al comercio exterior. Apoyo económico para participar en ferias y misiones; difusión de requerimientos internacionales de productos; búsqueda de socios comerciales; subsidios para afrontar asistencia técnica y capacitación especializadas; apoyo para la certificación de calidad; financiamiento específico; incentivos fiscales.

Políticas específicas para Pyme. Las claves son: asistencia, capacitación y apoyo directo. Entre otras: plataformas online de asistencia permanente; herramientas de autodiagnóstico y gestión de exportaciones; centros de asistencia técnica personalizada; apoyo a la primera exportación; reducción de costos de transporte y logísticos; promoción internacional de producción; financiamiento preferencial; incentivos fiscales. 

Ideas innovadoras. El mundo tiene ejemplos como: Exporta Fácil, de Colombia; Planificador de negocios internacionales, en Estados Unidos; o el Programa de Internacionalización de Empresas Tecnológicas (Israel).

Fuente: La Voz