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La economía que viene: ¿gradualismo o shock? (14/09/2015)
La economía que viene: ¿gradualismo o shock?

¿ Gradualismo o shock? ¿Cuál es el rumbo que debiera adoptar el próximo presidente para encarrilar el desaguisado macroeconómico? Y el consenso político.

¿Puede haber una salida exitosa con un Gobierno sin capacidad de liderazgo y respaldo social?

Los dos temas son el debate de los últimos días en los negocios.

Los equipos económicos de Macri, Scioli y Massa hablan de salidas graduales, aunque las opiniones están teñidas por las necesidades electorales de la coyuntura. ¿Quién podría hablar hoy de medidas de ajuste con los comicios previstos para octubre?

Tanto Daniel Scioli, como Mauricio Macri “le tienen miedo al shock porque temen a las consecuencias” sostuvo el economista Ricardo Arriazu en el 38 aniversario de la Fundación Mediterránea, la semana pasada.

Surgió la impresión que los candidatos no cuentan con suficiente consenso como para avanzar en reformas rápidas y de profundidad

 

Allí también surgió la impresión que los candidatos no cuentan con suficiente consenso como para avanzar en reformas rápidas y de profundidad, como un recorte significativo del gasto público, la actualización de los servicios públicos, resolver el cepo cambiario y la negociación con los holdouts.

En el mundo empresario y en otros ámbitos fuera de la política, no hay dudas respecto a que el Gobierno que asuma en diciembre deberá enfrentar medidas complejas y profundas en la política económica. Y que de no hacerlo sufrirá el síndrome de Dilma.

Como es conocido, la presidente de Brasil prometió durante la campaña que no habría ajuste, y luego lanzó a su gobierno a implementar fuertes recortes fiscales. Sin consenso, Brasil cayó en una recesión que podría extenderse a buena parte del año próximo. ¿Tomaron nota los candidatos de esta experiencia?.

Marcos Lavagna, hijo del ex ministro, también se refirió a la confianza. “Aunque venga con el mejor programa económico que exista, si no hay confianza en las instituciones... este programa va a fracasar. Lo institucional es fundamental”.

Traducido a los negocios concretos, significa que la gente y los inversores apoyen el nuevo plan con fondos, con los dólares que están en los colchones.

No solo importa que el valor del dólar en un mercado único sea atractivo. También debe haber cierto convencimiento que es el momento para ingresar capitales a la actividad productiva.

Otro dato es que el escenario electoral continúa indefinido.

La previsión de los analistas políticos es que habrá ballotage.

Todavía restan semanas, y todo podría variar. Pero esta es la impresión que domina hoy.

Desde el punto de vista de los negocios esta es la situación de mayor incertidumbre. Las decisiones están en suspenso, a la espera de contar con mayores precisiones sobre cual serán los pasos del próximo presidente a partir del 10 de diciembre.

Y en este contexto, la sinceridad de los equipos técnicos de los presidenciales es tomada con precauciones.

De cualquier manera, en el ámbito empresario no hay muchos optimistas respecto a lo que pueda ocurrir en los primeros días de diciembre próximo.

Como mínimo, el próximo gobierno necesitará de 100 días para lograr avances con los temas centrales, monetarios, fiscales y la negociación de la deuda.

Si el plan solo fuera una devaluación, el futuro sería mucho más complicado.

Fuente: El Día