IERALPyME entrevistó al Presidente del Banco Credicoop y Diputado Nacional por Buenos Aires, Carlos Heller, acerca de cómo evalúa el acceso al crédito por parte de las PyMEs en la actualidad y qué medidas deberían tomarse para facilitar el mismo.
IERALPyME: ¿Cómo evalúa el acceso al crédito por parte de las pymes en estos días?
CH: En este momento hay una oferta más amplia de créditos, incluso hay varias líneas de fomento como es la Línea del Bicentenario para proyectos de inversión o los créditos a tasas subsidiada de Secretaría Pyme. En los últimos tiempos se observa un crecimiento del financiamiento al sector empresa con relación a lo que venía siendo el fuerte predominio del crédito al consumo. En este sentido nosotros planteamos una Ley nueva de servicios financieros para el desarrollo económico y social la cual propone el direccionamiento del crédito.
IERALPyME: ¿Concretamente qué plantea esta nueva Ley?
CH: Planteamos concretamente que una parte sustancial de la cartera financiera tiene que estar destinada al financiamiento del sector pyme y que eso no debe quedar en la decisión del mercado o de los banqueros, sino que debe constituirse en una Política de Estado, por eso la Ley es resistida, implica ese tiempo de cambios. En este momento preciso el sistema tiene muchísima liquidez y el problema de acceso al crédito de muchas pymes tiene más que ver con otros tipos de dificultades, a veces problemas previsionales, impositivos, es decir, las dificultades para completar un legajo, una carpeta, que es una vieja asignatura pendiente que se debería encarar. Hay empresas que aún tienen la mochila de la crisis del 2002 y eso les dificulta el acceso al crédito, por eso terminan yendo a las “cuevas” y pagando sobretasas.
IERALPyME: Con el nuevo escenario político que se prevé, ¿Qué probabilidades tendría de aprobarse dicha Ley?
CH: Los factores de poder son poderosos y ejercen su poder. El lobby existe y funciona, no hace declaraciones, se mueve en los pasillos, despachos, y ejerce presiones y condiciones, eso sabemos que existe, pasa acá, en Estados Unidos, en Europa y en todos lados. Es una pulseada entre los que queremos que haya cambios y los que quieren que las cosas sigan como están. Suponer que un proyecto como el nuestro no va a generar resistencia sería o ser muy iluso o haber hecho un proyecto que no cambie nada. Cuando uno hace un proyecto que pretende cambiar las cosas, sabe que va a tener que pulsear contra sectores que no quiere que haya cambios. Yo imagino que el Parlamento que se conformará a partir de las elecciones de octubre, con la conformación de fuerzas distintas, será un parlamento más apto y dispuesto a considerar iniciativas como estas.
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