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Pymes: una bolsa de fondos (20/10/2016)
Pymes: una bolsa de fondos

Las pymes representan más de 90% de las empresas argentinas, pero sólo acceden a una ínfima parte del financiamiento bursátil. ¿Cuáles son los instrumentos disponibles? Consejos clave a la hora de fondearse en la Bolsa.

El mercado de capitales bien puede convertirse en un manantial de fondos para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en la Argentina, cuyo financiamiento por esta vía viene creciendo de forma sostenida en los últimos tiempos, de acuerdo con datos oficiales.

 

 

Según datos aportados por el Instituto Argentino del Mercado de Capitales (IAMC), entre enero y septiembre de este año, el fondeo pyme en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) alcanzó un récord histórico de u$s 665 millones, un alza de 2 por ciento si se lo compara con el mismo período de 2015.

 

 

Sin embargo, la incertidumbre en las condiciones macroeconómicas que caracterizan al país, la informalidad laboral y el escaso desarrollo financiero de la mayoría de este tipo de compañías conspiran contra el acceso a los múltiples instrumentos que ofrece el segmento bursátil, los cuales no son excluyentes, valga la aclaración, del financiamiento bancario.

 

 

"El mercado de capitales busca unir las necesidades de financiación y los oferentes de fondos de manera directa, a través de un apoyo de un tercero, a diferencia de las entidades bancarias, que suelen ofrecer el dinero que consiguen mediante depósitos de sus clientes. De esta manera, las pequeñas y medianas compañías pueden ampliar su espectro de búsqueda de recursos por un canal todavía no tan desarrollado en ese sector de empresas", diferencia Guillermo Fraile, profesor titular del Área Académica de Dirección Financiera del IAE Business School.

 

 

 

 

 

Marcadas a tope

 

 

¿Qué se entiende por una pequeña o mediana empresa para el mercado de capitales? La Resolución General 659/2016 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), de abril de este año, estableció que ingresan en esa categoría las compañías radicadas en el país que no superen los siguientes topes de facturación anual: $ 160 millones para las compañías del sector Agro, $ 180 millones para Servicios, $ 270 millones para Construcción, $ 540 millones para Industria y Minería, y $ 650 millones para Comercio.

 

 

Los nuevos topes, en tanto, resultan mucho más generosos que los anteriores y procuran aumentar la participación de las compañías en el Régimen Pyme de la Comisión Nacional de Valores.

 

 

De acuerdo con información aportada por la BCBA, 15.683 pequeñas y medianas firmas se financiaron en el mercado de capitales desde 2002, por un total de u$s 6.011 millones. Si bien parece una cantidad relevante de empresas, no lo es. Esa cantidad representa, apenas, el 3 por ciento del total de las pequeñas y medianas compañías que existen en la Argentina.

 

 

El financiamiento de este tipo de empresas es clave por el peso que tienen en el mercado de trabajo argentino y en la actividad: aportan el 50 por ciento del empleo privado registrado y el 40 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), según fuentes consultadas para esta nota.

 

 

"Las pymes son esenciales para sostener las bases productivas y de desarrollo del país", apunta Marcelo Ceballos, director a cargo del departamento de Finanzas Corporativas de la firma KPMG. El especialista considera que hay que solucionar "todas las dificultades que se generan en términos de costos y de gestiones necesarias para que las pymes tengan una participación activa en el mercado de capitales, de manera que puedan aprovechar esta importante fuente de financiamiento".

 

 

 

Quién se ha comido mi peso

En términos relativos, las pymes acceden a una mínima porción del financiamiento que el ecosistema bursátil otorga a las compañías. Datos del IAMC muestran que el fondeo empresario fue de u$s 1.057 millones en septiembre de este año, pero que u$s 955 millones quedaron en manos de grandes compañías y apenas u$s 101,60 millones fueron absorbidos por el segmento de pequeñas y medianas firmas.

 

 

El "problema pyme" en el mercado bursátil se complejiza y profundiza al analizar el tipo de financiamiento al que este tipo de firmas logran acceder. El 97 por ciento de los u$s 665 millones que fondearon pymes en los primeros nueve meses del año fue mediante Cheques de Pago Diferido (CHPD), una herramienta que se concentra en el cortísimo plazo.

 

 

¿Por qué resulta así? "El empresario pyme, por lo general, todavía no incorporó en su cultura financiera herramientas que vayan más allá de las financiaciones coyunturales", explica Fraile, del IAE Business School. "Esto tiene que ver, también, con el entorno cambiante en el que se desarrolla la actividad empresarial en este país. A medida que la economía se vaya estabilizando y se puedan hacer planes de negocio a más plazo, se podrán incorporar otros instrumentos con más facilidad", agrega el especialista.

 

 

 

La puerta de ingreso

De todos modos, el CHPD es, en muchos casos, el puntapié de una pyme en el mercado de capitales. "Es, a su vez, el que más se ha desarrollado. Permite la obtención de fondos anticipados en el corto plazo a tasas muchas veces más competitivas que las bancarias. Esto es posible gracias a que, principalmente, se opera con el aval de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), un factor importantísimo para acceder a tal financiación", explica Ceballos, de KPMG.

 

 

Pero no es el único instrumento al que pueden echar mano los empresarios del sector pyme argentino. Los Fideicomisos Financieros (FF) son la segunda herramienta más usada, históricamente, por este tipo de compañías, aunque este año no se registra ninguna emisión. La participación de las pequeñas y medianas compañías en el armado de FF se encuentra en el orden del 1 o 2% del monto total colocado en el mercado, según datos aportados por KPMG. "Estas cifras refuerzan el argumento de la existencia de gran potencial para las pymes en el mercado de capitales", analiza Ceballos, director de Finanzas Corporativas.

 

 

En la curva del corto y mediano plazo, el mercado de capitales también ofrece otro instrumento cuyas emisiones van en aumento: el Pagaré Bursátil (en nueve meses de lo que va del año, se negociaron 53 pagarés por un valor nominal de $ 118 millones, mientras en todo 2015 se transaron 14 pagarés por $ 3,65 millones). Y para financiamiento más largo están las Obligaciones Negociables (ON), una herramienta que, sin lugar a dudas, puede ayudar a las pequeñas y medianas firmas a desarrollar su potencial productivo.

 

 

Empero, ambos instrumentos constituyen una mínima parte del fondeo bursátil pyme. Según datos del IAMC, en septiembre solamente se emitieron siete ON Pyme, una de las cuales fue bajo el régimen simplificado de Valores de Corto Plazo (VCP), por un total de u$s 19,60 millones.

 

 

"La emisión de pagarés o de ON suelen ser en moneda dura -habitualmente en dólares- y todavía no hay convencimiento de la estabilidad del tipo de cambio en el mediano plazo", identifica Fraile, del IAE. "Sin embargo, a medida que pase el tiempo, seguramente estos instrumentos serán más habituales", vaticina.

 

 

 

Regulación ON

Ceballos menciona que existe un factor a tener en cuenta en relación con la emisión de ON: el tamaño de las colocaciones permitidas. Hasta abril de este año, las pequeñas y medianas empresas no podían financiarse a través de ON por más de $ 15 millones. Pero, desde entonces, merced al Decreto 598/2016 del Poder Ejecutivo, se actualizó este monto a $ 100 millones. "Es mucho más lógico en función del costo y esfuerzo de armado de estas operaciones", completa el ejecutivo de KPMG.

 

 

Por último, las pequeñas y medianas empresas también pueden financiar, a largo plazo, sus inversiones mediante la emisión de acciones. El Panel Pyme de la Bolsa porteña solamente cuenta con tres compañías: Insumos Agroquímicos, Meranol (una firma con presencia en el país desde 1942, que produce y vende productos químicos, ver recuadro) y Ovoprot. La última Oferta Pública Inicial de acciones (IPO, por su sigla en inglés) fue en 2012, cuando se colocaron u$s 4 millones.

 

 

"Influye en esta performance el temor de la posible pérdida de poder de decisión de los accionistas mayoritarios y los requerimientos de información periódica, al igual que la necesaria profesionalización de los procesos y la administración", enumera Ceballos, de KPMG.

 

 

Por su parte, Gustavo Barylko, director de Meranol, que participa en las industrias de tratamiento de aguas, papelera, siderúrgica, pinturas, mosaicos y cerámicas, detergentes y jabones, curtiembres, textiles, alimenticias, fertilizantes, refinerías y centrales térmicas, indica: "Nos orientamos al mercado de capitales en busca de fondeo a mediano y largo plazo para el desarrollo industrial de la compañía". Y agrega: "Notamos que tener presencia en el mercado le brinda a la compañía un diferencial. Implica un seniority que percibimos, entre otros, en la relación con los proveedores del exterior de materias primas", valora el director de Meranol.

 

 

Tres consejos clave

Si bien el mercado bursátil tiene disponibles una serie concreta de herramientas para el financiamiento de las pequeñas y medianas firmas, los empresarios deben sopesar si les conviene y si es sustentable una emisión bursátil. Fraile, del IAE, insta a enfocarse en el largo plazo.

 

 

"Los planes de negocio y sus estrategias deben ser pensados a cinco años. No tiene sentido pensar en fondearse en el mercado de capitales, desarrollar una capacidad tan importante, para estar financiando necesidades coyunturales de fondos", apunta el especialista.

 

 

Y, en esta línea, recomienda también armar un buen equipo financiero que sepa proyectar necesidades de financiación para los diferentes escenarios que puedan aparecer. Por último, aconseja relacionarse con un buen agente del mercado de capitales que conozca bien ese mercado. "Y que sea de confianza, para que los asesore en los instrumentos adecuados para cada necesidad", pondera Fraile.

 

 

Precisamente, un reciente informe de la Fundación Observatorio PyME (FOP) identificó que buena parte de los instrumentos financieros limita su participación al fondeo de caja, es decir, la obtención de efectivo en el corto plazo a fin de financiar, por ejemplo, capital de trabajo. Dicho estudio recomendó prestar mayor asistencia técnica y asesoramiento a las firmas de menor dimensión para que tomen conocimiento de las ventajas que podrían tener dichos instrumentos.

Fuente: El Cronista