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Los beneficios fiscales, de poco impacto en Pyme (15/05/2017)
Los beneficios fiscales, de poco impacto en Pyme

En casi un año y medio de gestión de Mauricio Macri, se implementaron una batería de medidas para beneficiar a las pequeñas y medianas empresas. Pero, pese a que estas van en el sentido correcto, hasta ahora resultaron un mínimo paliativo en una economía recesiva.

La ley Pyme se puso en marcha en agosto del año pasado y establecía diversos incentivos fiscales: poder tomar a cuenta de Ganancias la totalidad del impuesto al cheque (el resto de las empresas lo puede hacer en forma limitada), acceder al pago del IVA trimestral, quedar exento de Ganancia Mínima Presunta desde 2017, poder deducir el 10 por ciento de las inversiones del pago de Ganancias y tomar los saldos a favor de IVA como crédito fiscal.

Estos dos últimos, para aquellas empresas que hubieran invertido en bienes tangibles durante 2016, se pueden pedir hasta hoy (lunes 15) en el caso de empresas con cierre en diciembre. Es el beneficio más interesante en monto, pero está limitado a aquellas firmas que realizaron alguna inversión, algo relativo en un contexto de retracción. Además, su implementación tuvo una gran demora y complejidad.

Efectos limitados

Según una estimación realizada el año pasado por el Ieral Pyme, lo de mayor impacto en la rentabilidad de las Pyme es la posibilidad de tomar todo el impuesto al cheque a cuenta de Ganancias. “Para una empresa con un margen operativo inicial del cinco por ciento, esta alternativa agrega más de un punto a los resultados”, dice el investigador Marcos Cohen Arazi. En cambio, los otros beneficios casi no aportan nada a la rentabilidad.

 

Además, uno de los beneficios tuvo un traspié. Antes de que se sancionara la llamada ley Pyme, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) emitió una resolución para aplicar el IVA a 90 días para todas las firmas categorizadas como micro, pequeñas o medianas.

Sin embargo, la ley, que recién se reglamentó en octubre de 2016, fue más restrictiva, dado que solamente limitó el incentivo a las micro y pequeñas firmas. La Afip tuvo que retroceder sobre sus pasos y dictar otra resolución para dejar afuera a las medianas, que ya se habían sumado en ese momento.

La posibilidad de tomar el ciento por ciento del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios a cuenta de Ganancias también se restringió en la ley a las micro y pequeñas empresas y sólo se permite a las medianas industrias tramo 1 que computen el 50 por ciento. En el proyecto de ley, el beneficio era para todas las unidades Pyme.

En tanto, la exención de Ganancia Mínima Presunta es poco utilizada porque, con la ausencia del ajuste por inflación, la mayoría de las empresas 
tributan Ganancias.

“Para las Pyme, estas medidas son un parche”, se queja Enrique Umbert, presidente de la Cámara Argentina de la Micro, Pequeña y Mediana empresa (MPM).

“Algunas empresas están aprovechando los beneficios, pero no es significativo. Lo que más benefició es el diferimiento trimestral del IVA, pero sólo llega a las pequeñas”, puntualiza Federico Cena, director Ejecutivo de la Cámara.

Al igual que el resto del sector empresario, las Pyme se quejan, en cuanta ocasión tienen, por la demora en la tan anunciada reforma tributaria, porque la presión fiscal es récord y asfixia, cuando la economía está parada y le cuesta avanzar.

En este aspecto, tanto el impuesto al cheque como tributos provinciales (Ingresos Brutos) y municipales entran en la agenda como los principales puntos para modificar. Además de un esquema diferencial para Pyme en los costos laborales, un tema de alta incidencia en los números de las firmas más chicas.

Fuente: La Voz