Cerrando el año 2014 se observa mayor tranquilidad en materia financiera que al inicio del
mismo, con cierta calma en el mercado cambiario, aunque con un balance sumamente
negativo en la economía real, en que sólo el sector agropecuario no mostraría números rojos
(gracias a la buena cosecha y altos precios de los granos en la primera parte del año), y
donde la mayor caída se detecta allí donde resulta más necesaria la confianza (bienes de
consumo durables o bienes de inversión, como automotores, electrodomésticos y maquinaria
agrícola), seguido por la Construcción y el Consumo de No Durables (ventas en
supermercados), en este último caso por el desmoronamiento observado en el poder
adquisitivo del salario, licuado en forma generalizada por la inflación y puntualmente por el
impuesto a las ganancias...
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