Novedades

Encuesta
Estudio IERAL: Cadena de legumbres (03/06/2011)
Estudio IERAL: Cadena de legumbres

Una Argentina Competitiva, Productiva y Federal - Doc nº 10

Resumen ejecutivo

 

Este documento forma parte de un importante estudio llevado adelante por los investigadores del IERAL de Fundación Mediterránea entre los años 2009 y 2010, que tuvo como objetivo principal identificar, evaluar y proyectar oportunidades de generación de valor económico y empleo en una serie de cadenas productivas del país, bajo una estrategia que prioriza la mayor inserción internacional de la producción, pero sin descuidar el fortalecimiento del mercado interno.

En este caso se resumen los principales resultados obtenidos para la cadena de las legumbres secas. Este trabajo incluye, entre otras cuestiones, un diagnóstico que describe la situación actual en materia de producción, consumo y exportaciones y un ejercicio de proyección al 2020 de estas últimas variables para tres legumbres bajo estudio: el poroto, las arvejas y el garbanzo.

La cadena de las legumbres se compone de distintos actores, donde destacan el productor agrícola (eslabón primario) y la industria de selección. Luego del proceso de seleccionado, el grano puede tener distintos destinos: a) exportación como grano seco; b) transformación en harina vía proceso de molienda; c) transformación en conserva vía procesos varios (terminando en producto enlatado/envasado).

En la Argentina la legumbre más cultivada es el poroto. Esta actividad agrícola tiene un fuerte carácter regional, siendo el NOA la zona productora por excelencia, destacándose Salta que concentra más de las dos terceras partes de la superficie total. En las últimas campañas la superficie cultivada se encuentra en un rango de entre 250 mil y 280 mil hectáreas. En cuanto a las variedades implantadas el 80% se reparte en partes iguales entre poroto alubia (blanco) y poroto negro. El resto corresponde a porotos de color.

El segundo lugar en importancia en cuanto a superficie cultivada y volumen de producción aparece actualmente disputado entre la arveja y el garbanzo. Las estadísticas disponibles (CLERA y MINAGRI, nótese que estas fuentes difieren entre ellas en cuanto a producción y superficie) indican que la superficie asignada a la arveja se encontraría en un rango de entre 15 mil y 30 mil hectáreas, según campañas, con una importante concentración de la producción en Santa Fe y Buenos Aires.

Por su parte, el Garbanzo aparece con gran dinamismo en los últimos años. No se disponen de estadísticas oficiales actualizadas respecto al área cubierta con esta legumbre. En un informe reciente la Bolsa de Cereales de Córdoba indica que la superficie sembrada en la campaña 2010/2011 habría superado las 40 mil hectáreas (tres o cuatro veces el área que ocupaba sólo hace algunos años), un 30% de éstas localizadas en Córdoba y un 25% en Salta.

Debido a las particularidades de su proceso productivo las legumbres ocupan más mano de obra que otros cultivos, tanto en su etapa primara (producción agropecuaria) como en la secundaria (industria seleccionadora). A diferencia de otros granos las legumbres se consumen en su mayoría sin transformación alguna por lo que la calidad, aspecto, color y tamaño son atributos valorados por el mercado y que necesariamente exigen al menos un proceso industrial de selección.

En base a fuentes privadas y estimaciones propias, la cadena estaría generando aproximadamente 37.300 empleos en todos sus eslabones.

Argentina no tiene un gran consumo per cápita de legumbres. Agregando las tres legumbres bajo análisis, se estima un consumo de 300 gramos año por habitante (unas 12 mil toneladas). La producción supera ampliamente este nivel de consumo interno, por ello el país coloca más del 95% de la producción en los mercados externos (333 mil toneladas en el 2009).

En el 2009 la cadena exportó productos por valor aproximado de US$ 240 millones, con un liderazgo indiscutible de los porotos que generan el 90% de las divisas. El otro 10% se distribuyó en forma bastante pareja entre la arveja y el garbanzo. Nótese que las exportaciones de legumbres con transformación industrial (harinas y conservas) representaron sólo el 1% del total.

Argentina tiene una fuerte inserción en el comercio mundial de porotos (todas las variedades) y sus derivados. Representó el 7% del mercado en el 2009. Si se considera sólo el comercio mundial de porotos comunes, la participación del país asciende al 15% en el año referido. Ahora bien, nótese que el país viene perdiendo inserción en estos mercados desde fines de la década de los 90.

El protagonismo internacional se diluye en forma importante (sin dejar de ser mayor al que tiene el país en todas sus exportaciones) en los mercados de arvejas y garbanzo, donde la participación país llega al 0,9% y 1,7% respectivamente. Se observa una inserción internacional relativamente estable en la arveja (con sus 5 subas y bajas), mientras que un fuerte crecimiento en el caso del Garbanzo (hace diez años el país directamente no exportaba esta legumbre).

A pesar del retroceso de inserción que se observa en el caso del poroto y sus derivados, la cadena posee y mantiene ventajas comparativas reveladas en casi todos sus productos.

Nótese que el 80% del comercio mundial de legumbres se concentra en granos. Sólo el 20% consiste en harinas y/o productos industrializados. Los productos industriales tienen bajo grado de transabilidad debido a la alta incidencia del flete (el producto tiene poco valor para el costo del flete).

De lo anterior se deduce que el crecimiento productivo y de inserción de la cadena pasa mucho por mejorar los volúmenes de producción y las calidades de los granos producidos. La estrategia de diversificar las variedades permitirá acceder a nuevos mercados. Por ejemplo, Argentina actualmente concentra la oferta en pocas variedades de poroto (alubia y negro) y se pierde oportunidades en los mercados que demandan poroto de color (Cranberry, Dark y red light, Red Kidney, entre otros). Lo mismo ocurre con el garbanzo, en donde la oferta local corresponde al tipo Kabuli consumido por Occidente pero al desarrollar la variedad Desi se podría ingresar al mayor mercado del mundo, la India.

El consumo per cápita mundial de legumbres se encuentra bastante estabilizado e incluso con leve tendencia a la baja. Las proyecciones indican un crecimiento en valores absolutos del 10% hasta el 2020 y del 23% hasta el 2030. El Sudeste Asiático es la región donde se estima un mayor aumento por la creciente demanda de países como India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka. Nótese que Argentina prácticamente no penetra en ninguno de estos mercados, ni tampoco en muchos otros que son importantes compradores de legumbres por su tamaño y/o dinamismo reciente.

De acuerdo a estimaciones propias, el país desatiende a un número de naciones que en conjunto representan el 40% de las importaciones mundiales de porotos comunes y el 80% de las de garbanzos y arvejas respectivamente, y que constituyen un mercado de US$ 2.200 millones anuales.

A la necesidad de una política comercial más activa, que necesariamente tiene que estar impulsada en primer término por el Estado se suman una serie de dificultades que conspiran contra el desarrollo del sector: a) Falta de información pública (de productos, precios, destinos, etc.); b) Exceso de burocratización de los trámites de exportación; c) Retrasos en los reintegros y en la devolución de saldos de IVA; d) Insuficiente presupuesto a la investigación en genética; e) Déficits en materia de infraestructura de transporte; f) Uso extendido de la "bolsa blanca" (reutilización de semillas, desincentiva inversión en investigación e innovación); g) Informalidad (competencia desleal); h) Falta de cooperación entre los actores.

Trabajando sobre la eliminación de estas limitaciones, promoviendo un mayor consumo interno que morigere los vaivenes del mercado internacional, logrando una mayor inserción y gestión comercial, ingresando en los mercados de mayor crecimiento y diversificando la oferta de variedades se pueden alcanzar objetivos de producción ambiciosos para los próximos diez años.

En una simulación realizada por IERAL, que supone condiciones macroeconómicas más estables y un mejoramiento del clima de negocios, la cadena de valor de las legumbres podría aumentar su valor bruto de producción hasta los US$ 776 millones hacia el 2020, generando un crecimiento del empleo del 58% y creando cerca de 21,5 mil nuevos puestos de trabajo. Este escenario implicaría aumentar la superficie destinada actualmente a los cultivos de poroto, arveja y garbanzo en un 72% llegando a las 561 mil hectáreas (235 mil hectáreas adicionales, 151 mil hectáreas de "invierno" y 84 mil hectáreas de "verano"); un área adicional relativamente pequeña comparada con la dedicada a otros cultivos como la soja, el maíz o el trigo (18,5 millones de hectáreas, 3,5 millones y 4,5 millones respectivamente) y considerando que la superficie agropecuaria total que dispone el país supera las 170 millones de hectáreas.

 


Descarga de documentación
 Descargar documento