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Estudio IERAL: Cadena foresto industrial (27/05/2011)
Estudio IERAL: Cadena foresto industrial

Una Argentina Competitiva, Productiva y Federal - Doc nº 9

Resumen ejecutivo

 

Este documento forma parte de un importante estudio llevado adelante por los investigadores del IERAL de Fundación Mediterránea entre los años 2009 y 2010, que tuvo como objetivo principal identificar, evaluar y proyectar oportunidades de generación de valor económico y empleo en una serie de cadenas productivas del país, bajo una estrategia que prioriza la mayor inserción internacional de la producción, pero sin descuidar el fortalecimiento del mercado interno.

En este caso se presentan los principales resultados del estudio del potencial de la cadena foresto industrial de Argentina.

De acuerdo a los relevamientos de la Dirección de Producción Forestal (MINAGRI) el país contaba con 1,2 millones de hectáreas de bosque implantado en el ano 2009. El 64% de estas hectáreas se encontraban en las provincias de Misiones y Corrientes. Predominaban las coníferas (58,9%) y los eucaliptus (24,9%), quedando en tercer lugar las salicáceas (9,8%) y, por ultimo, otras especies (6,4%).

Las oportunidades en la cadena foresto industrial pasan por la posibilidad que dispone el país de crecer en superficie forestada y de avanzar en un aprovechamiento más integral de todos los productos y subproductos de la madera. No se observan limitaciones fuertes por el lado de la demanda, en particular externa, que es muy importante en tamaño y tampoco en materia de competitividad (bajo ciertas condiciones) dado que hay suficientes ejemplos de países exitosos en la región (caso de Brasil, Chile y Uruguay, países que no tienen a priori mayores ventajas naturales, o de localización, o de capacidad industrial), importantes protagonistas en los mercados mundiales y que han logrado atraer y generar muchas inversiones en esta cadena en los últimos años.

Para incentivar al sector privado a que se apropie de las oportunidades referidas, la clave se encuentra en la generación de condiciones suficientemente atractivas para la consolidación de una fuerte demanda interna industrial con perfil exportador, en particular en los rubros de procesamiento de madera sólida y de madera triturable.

De cada rollo de madera que se extrae de un bosque implantado, el 46% del mismo es utilizado por la industria de la madera sólida (principalmente para aserrado y para la elaboración de productos que tienen como materia prima la madera aserrada), mientras que el resto del rollo debe ser destinado a las industrias del triturado (como por ejemplo las que elaboran tableros de fibras de madera, pasta celulósica, papel y generación de energía por biomasa). Nótese que de no existir las inversiones necesarias para procesar este material triturado, más del 50% del rollo no se utiliza, pasa a ser un residuo sin valor en vez de un subproducto importante para cerrar la ecuación económica de la actividad forestal.

Actualmente existe un importante grado de subutilización del rollo de madera. La Asociaciٕón Forestal Argentina (AFOA) estima que existe materia prima suficiente como para instalar dos fabricas más de pasta celulósica de fibra larga, una fábrica más de celulosa o papel de fibra corta, ampliar las plantas de celulosa y papel ya existentes, levantar doce usinas termoeléctricas de biomasa (para utilizar los residuos de otras industrias), dos fabricas mas de paneles, quince aserraderos mas de escala competitiva y decenas de empresas de remanufactura.

De acuerdo a estimaciones propias y de entidades representativas del sector, la cadena foresto industrial (excluyendo el sector muebles) genera aproximadamente 194.400 puestos de trabajo directos, 54.000 puestos en la actividad de transporte y comercialización y 113.700 puestos en actividades que indirectamente se relacionan con el sector (Servicios Profesionales, Proveedores de Maquinaria Industrial, Proveedores de productos químicos, etc.). De esta manera, se estima que toda la cadena (excluyendo el sector que fabrica muebles) emplea en forma directa e indirecta a unas 362.000 personas.

Argentina exportó productos de la cadena foresto industrial por valor de US$ 794 millones en el 2009 (US$ 783 millones si se excluyen las colocaciones externas de muebles). En ese año, el comercio mundial ascendió a US$ 287 mil millones, incluyendo el comercio interno en la Unión Europea y US$ 186 mil millones sin considerar el intercambio entre los propios países europeos.

La participación de mercado de Argentina llego al 0,29% en el ano 2009, un valor ligeramente superior al que se tenia a fines de los ´90 (0,23%). Nótese que la inserción de la cadena se encuentra por debajo de la media del país, que se aproxima a 0,5%. También es importante advertir que no ha habido prácticamente mejoras en la competitividad revelada de la cadena entre los años 2004 y 2009, al observarse una participación de mercado prácticamente constante durante ese período.

Bajo el marco legal de la política nacional de promoción de forestaciones (Ley Nº 25.080 y su continuación, Ley Nº 26.432) que se encuentra vigente en la actualidad y hasta el ano 2019, el Ministerio de Agricultura de la Nación estima que la superficie total forestada en el país podría llegar a 1,8 millones de hectáreas en el 2020. Esta proyección oficial supone que se mantiene el actual ritmo de forestación anual (que se aproxima a las 40 mil nuevas hectáreas al ano).

De confirmarse esta proyección de forestación y suponiendo que se mantiene constante la matriz productiva actual (niveles de utilización de rollos, destinos, productividades, etc.), se estima que la cadena generaría en el periodo unos 97 mil nuevos puestos de trabajo (19,2 mil en Silvicultura, 28,6 en los Aserraderos y Plantas de Remanufactura y 49,2 mil en Pasta Celulósica).

Esta proyección de nuevos puestos de trabajo podría considerarse conservadora debido a que supone que se mantendría bajo el nivel de aprovechamiento de la madera y el bosque implantado que se observa actualmente. Tampoco considera la posibilidad de agregar más valor a la madera mediante la producción de mayor cantidad de remanufacturas (como ser mediante una mayor producción de puertas, ventanas y marcos de madera).

La mayor superficie de bosque implantado y el consecuente crecimiento de la producción de derivados de la madera que se prevé a nivel oficial implica un gran esfuerzo de colocación de esta mayor producción en los mercados externos. Si este esfuerzo tiene sus frutos, y teniendo como referencia la matriz productiva de Chile, se estima que el país podría llegar a generar un flujo de exportaciones de US 2.800 millones de dólares en la cadena foresto industrial (más que triplicando la generación de divisas del 2009).

Un escenario ambicioso que puede plantearse es alcanzar las 5 millones de hectáreas de superficie implantada. Esta cifra, que implica una importante aceleración en la tasa de forestación, es alcanzable según la consideración del propio sector forestal, pero además, representa la cuarta parte del potencial de forestación que tiene la Argentina según MINAGRI (cercano a las 20 millones de hectáreas).

Bajo el escenario donde se acelera la tasa de forestación y se logran las 5 millones de hectáreas, puede deducirse que todas las otras variables tienen proyecciones mucho más optimistas en cuanto a resultados (cantidad de puestos de trabajo, generación de divisas, etc.), aunque por supuesto mas exigentes en relación a su factibilidad. En este escenario de máxima se podrían generar casi 360 mil puestos de trabajo adicionales a los que ya existen (luego incluso de una fuerte mejora de productividad en el período). En este escenario las exportaciones alcanzarían los US$ 7.800 millones.

Está claro que el escenario de máxima es optimista y su materialización exige condiciones casi ideales para la actividad. Ahora bien, nótese que, por caso, los valores de exportación que se proyectan no parecen tan altos si se los compara con el mercado mundial. En efecto, si Argentina lograse un flujo de exportaciones de la magnitud antes referida y suponiendo que el mercado mundial del 2020 fuese el actual mas una tasa de crecimiento moderada (5%), las exportaciones del país alcanzarían una participación menor al 2% (considerando todo el mercado mundial) o menor al 2,6% (considerando solo el mercado mundial sin comercio intra europeo), sin siquiera entrar en el selecto grupo que formarían los diez exportadores mundiales líderes de estos productos (todos ellos por encima de los US$ 8.000 millones). Recuérdese también que Brasil tiene en la actualidad un volumen de exportaciones que se aproxima a aquel que se proyecta para Argentina bajo el escenario optimista en el 2020.

Teniendo en cuenta que las inversiones en la cadena foresto industrial siempre tienen un horizonte de largo plazo (15 años o incluso más), uno de los puntos más relevantes a la hora de incentivar el desarrollo del sector pasa por optimizar el ambiente de negocios. En este sentido, además de la necesidad de un contexto macroeconómico y de reglas de juego más estable y previsible que el que se ha tenido en estos últimos años, también es posible identificar otras cuestiones a mejorar. En particular, aparecen desafíos para la política publica en las siguientes seis temáticas:

Incentivos financieros a la Industrialización / El financiamiento de las Inversiones Industriales de Mediano y Largo Plazos: el país carece del financiamiento de gran escala en las condiciones de plazo, tasas y periodos de gracia que requieren las empresas industriales que participan en la cadena, particularmente en algunos eslabones de ella (caso de las pasteras). Brasil y Chile brindan ejemplos cercanos acerca de como se ha logrado la radicación de industrias forestales. Resulta clave en la resolución de esta debilidad que tanto el sector privado como los distintos estamentos del Estado (incluyendo los bancos públicos nacionales) se pongan a trabajar de manera coordinada en el diseño y la implementación de herramientas que faciliten el acceso al crédito de inversiones de gran envergadura.

El Sector del Conocimiento orientado a la ForestoIndustria - Capacitación: Se observa una insuficiente oferta regional de mano de obra calificada (en particular operarios y técnicos), en particular en los perfiles que requieren las plantas de aserrado y remanufactura. En este punto es importante destacar la labor que se viene desarrollando mediante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación en la certificación de competencias laborales en el sector forestal. Este último puede ser un modelo a profundizar y replicar para la segunda y tercera transformación de esta industria; es en estos sectores donde resulta mas habitual encontrar gente idónea pero con escasa formación técnica.

El Sector del Conocimiento orientado a la ForestoIndustria - Asistencia Técnica para Industrias Competitivas: Es necesario que instituciones ya existentes como el Centro Tecnológico de la Madera o el Centro Celulosa - Papel del INTI, incrementen su presencia geográfica en el NEA, región donde se encuentra el mayor desarrollo foresto industrial del país. Actualmente los centros de desarrollo tecnológico se encuentran muy concentrados en Buenos Aires. Se cree que la mayor proximidad entre la producción y el conocimiento va a generar una red mas densa y efectiva (con mayor retroalimentación) para la transmisión de información útil (tecnologías, productos, procesos, etc.) entre organismos públicos, instituciones educativas, empresas, etc.

Logística e Infraestructura de Transporte: es necesario mejorar los caminos terrados principalmente en la provincia de Corrientes para poder sacar sin dificultades los rollos de los bosques cultivados como así también es necesario pensar en un puerto como salida de la producción existente en la zona. Otro problema relevante en el mediano plazo será la alta congestión de las rutas nacionales en la región. Con las proyecciones existentes de producción se prevén problemas de saturamiento aún cuando se realicen importantes inversiones en infraestructura vial. Una solución de fondo al problema del transporte pasa por implementar un sistema de transporte multimodal que incluya, además de la salida vial, la posibilidad del transporte de producción vía los sistemas fluvial y ferroviario.

Políticas de Inserción Internacional: En materia de comercio exterior, existe un amplio campo de acción para la política pública, que comprende desde aspectos complejos como la apertura de mercados vía la negociación comercial hasta cuestiones más simples como la provisión de bienes públicos, caso del suministro de información de mercado útil y la facilitación de asistencia a ferias y eventos internacionales. Otros aspectos a rever para mejorar los incentivos a la expansión internacional tienen que ver con la estructura tributaria, que incluye impuestos que no favorecen la exportación (caso de los Derechos de Exportación, el Impuesto a los Ingresos Brutos o el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios) y con el mal funcionamiento de distintos mecanismos tributarios pensados para evitar la exportación de impuestos (caso de las devoluciones del IVA pagado en las compras).

Marcos Regulatorios del Mercado Energético: La cuestión energética presenta actualmente un doble desafío, por un lado es necesario asegurar una mayor disponibilidad de energía para los nuevos emprendimientos industriales, y por el otro, existe un gran porcentaje de los bosques cultivados que no se utilizan para producir energía por biomasa debido a los marcos regulatorios que condicionan los precios a los cuales se comercializaría en el mercado mayorista la energía producida.

Estabilidad y permanencia de las reglas de juego en el mercado de la forestación: Las leyes Nº 25.080 y Nº 26.432 han sido herramientas importantes para el crecimiento de la actividad forestal, dado que han apuntado hacia uno de los aspectos clave en la decisión de un potencial inversor en el sector, que es la estabilidad y permanencia en el tiempo de las reglas de juego (de mercado, tributarias, etc.). Si bien seguramente se trata de marcos legales perfectibles (tanto en lo que hace a la implementación, el control de los compromisos asumidos y/o los beneficios que se otorgan a las empresas), un país tan volátil y propenso a la transgresión como el nuestro necesitara sin dudas de este tipo de legislación para generar confianza y alcanzar objetivos ambiciosos como los planteados para el 2020 en actividades que por el ciclo de vida del producto que elaboran las inversiones se proyectan por plazos superiores a los de varios periodos de gobierno.

 


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