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¿Cómo afectaría a las PyMEs una nueva gestión económica? (27/10/2015)
¿Cómo afectaría a las PyMEs una nueva gestión económica?

Por Marcos Cohen Arazi- Economista de leral de Fundación Mediterránea

A partir de las elecciones que se realizarán en pocos días, se comenzará a definir un nuevo escenario para las PyMEs argentinas. Es interesante analizar el impacto de corto y mediano plazo de una posible modificación en la estrategia cambiaría, lo que se da por sentado de acuerdo con las declaraciones de los principales candidatos en pugna.

De acuerdo con el presupuesto nacional, el tipo de cambio se prevé que suba 16% en 2016 (dólar promedio de $ 10,60 y de $ 11,20 en diciembre del año próximo). Sin embargo dicha referencia va junto a la que señala que los precios al consumidor crecerían 14,5%.

Por otra parte, existen diferentes referencias no oficiales que señalan una tendencia hacia un nivel mayor. Independientemente de si la solución que imaginan los futuros conductores de la política económica es gradual o es de shock, en todos los casos se descuenta un mayor nivel de devaluación que en 2015.

Esto puede repercutir de manera diferente en los diversos segmentos PyME del país. En el caso de las PyMEs industriales, desde 2011 a 2015 (estimado) acumulan una caída del 20% en su nivel de ventas y las exportaciones de este segmento muestran una merma del 29%. Una mejora en el tipo de cambio real, es decir que el aumento nominal no sea compensado por subas de precios internos, traería una mejora en los niveles de rentabilidad de la exportación y encarecería los productos importados respecto de los nacionales, dándoles mayores posibilidades en el mercado interno.

“Puede preverse una posible mejora a mediano plazo para el conjunto de PyMEs, que puede esperarse en caso de que la economía se encamine hacia una senda de crecimiento sostenido, tras 4 años de estancamiento”.

Esto mejoraría las condiciones del segmento industrial, que representa cerca del 11% de las MiPyMEs del país. Sin embargo, debe tenerse presente que existe un requisito de insumos y maquinarias importadas que hasta el momento no tienen sustituto local, que ante un incremento en su valor se trasladaría a costos. El 29% de la maquinaria requerida por PyMEs industriales es importada, y de ésta, sólo un tercio tiene sustituto local.

En el caso de las firmas comerciales, 54% de las MIPyMEs corresponden a este sector. La situación relativa actualmente es de menor gravedad en términos de actividad. Los comercios minoristas que venden bienes no durables acumulan una caída de 3% desde 2011, mientras que en los que venden durables la merma acumulada es de 9%. La mayor reducción se dio en 2014, cuando la caída en el salario real fue más significativa, y en el caso de los bienes durables el consumo se redujo en mayor proporción debido a la mayor incertidumbre respecto del futuro inmediato, que afecta este tipo de decisiones de compra. Los efectos de un mayor ritmo de devaluación en este caso dependerán del traslado a precios que exista y de cómo evolucionen los salarios, siendo el escenario más probable el de un deterioro de la capacidad adquisitiva de las remuneraciones promedio de la economía a corto plazo.

Esto repercutiría en un bajo crecimiento del nivel de ventas (o incluso una leve caída respecto al presente año), quedando la posibilidad que en el caso de bienes durables exista alguna mejora de las perspectivas a mediano plazo y eso ayude a estimular ventas que estaban aplazados por la incertidumbre.

Este contexto gris para el 2016 puede contraponerse a una posible mejora a mediano plazo para el conjunto de PyMEs, que es la que se puede esperar en caso de que la economía argentina se encamine hacia una senda de crecimiento sostenido, luego de 4 años de estancamiento.

Fuente: Punto a Punto